Junio es el abrazo cálido en un mar de brisas con el viento. Es el aire lleno de la vida de mayo, pero ahora exhalado por todos los hijos de su tierra en una profunda respiración que emana del interior. Es el pleno vigor del reverdecido bosque, que ahora contempla y disfruta calmado de su epopeya al haberse logrado cubrir de esa infinita espesura verde, en la esperanza de protegerse y proteger de las futuras sacudidas flamígeras de los meses que están aún por venir… pero, al menos de momento, goza de su frescura recién estrenada, con la que regala días cálidos y agradables, y noches suaves y serenas.
El aroma de junio nos recuerda que nos adentramos en los dominios del verano y a cada día que pasa, nuestro recuerdo por los inocentes e ingenuos inicios del mismo se tornan ahora más secos, aunque aún apetecibles y armoniosos.
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